Apuntes 16 - Entre las Secretarías de los ministerios nacionales, sóloel 12% de los cargos son ocupados por mujeres



La representación de mujeres en el gabinete nacional es baja: sólo hay tres ministras sobre 21. Pero la situación no mejora cuando se analizan los niveles de Secretarías y Subsecretarías.
“El 50% de los empleados del PEN son mujeres pero sólo el 30% del personal jerárquico del PEN son mujeres”


Entre las Secretarías de los ministerios nacionales, sólo el 12% de los cargos son ocupados por mujeres

La representación de mujeres en el gabinete nacional es baja: sólo hay tres ministras sobre 21. Pero la situación no mejora cuando se analizan los niveles de Secretarías y Subsecretarías.

Los datos del Mapa del Estado, publicado por el Ministerio de Modernización de la Nación, muestran que la representación de las mujeres no sólo es baja en el nivel más alto de la administración, los ministerios, donde son el 14 por ciento.
De hecho, si se desciende en la escala jerárquica la situación empeora: sólo el 12% de las secretarías, el nivel que viene inmediatamente debajo de los ministerios, están ocupadas por mujeres. Hay sólo siete ministerios que tienen a una mujer a cargo de una Secretaría. Se trata de los ministerios de Agroindustria, Comunicación, Interior, Modernización y Transporte, que tienen una mujer en ese cargo, y Desarrollo Social y Educación, que tienen dos.

Recién en el nivel de subsecretarías, el siguiente nivel jerárquico, aumenta el porcentaje a un 23 por ciento. En este caso hay también grandes diferencias entre ministerios, como el caso de Salud, que tiene tres de las cinco Subsecretarías ocupadas por mujeres; mientras que en los de Ciencia, Defensa, Finanzas y Hacienda, no ejerce ninguna mujer en ninguno de estos niveles jerárquicos. Los secretarios y subsecretarios son cargos de conducción política nombrados y removidos por decreto del Poder Ejecutivo Nacional (PEN).

De acuerdo con datos difundidos por el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec), la situación cambia en los niveles más bajos de la administración pública, y marca un contraste con la cúpula. “El 50% de los empleados del PEN son mujeres pero sólo el 30% del personal jerárquico del PEN son mujeres”, señala Cippec. En este caso no se contabilizan sólo secretarios y subsecretarios, sino que se cuenta también a directores nacionales y generales, y a titulares de organismos descentralizados e instituciones de la seguridad social.

En cuanto a las razones que llevan a la poca presencia de mujeres en el gabinete, Natalia Gherardi, directora del Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA), señaló que “además de no haber políticas que promuevan a las mujeres, cuando se constituyen ambientes de trabajo muy homogéneos, se tiende a elegir a personas similares, lo cual genera una zona de confort entre pares, pero limita la diversidad del gabinete, y no sólo en términos de géneros”. Para la especialista, esto luego tiene un impacto en la manera en la que se diseñan e implementan las políticas públicas, que no tienen necesariamente en cuenta la diversidad del país

Los datos presentados surgen de un relevamiento sobre las Secretarías y Subsecretarías con funcionarios designados, de los 21 ministerios. No incluye a la Jefatura de Gabinete ni a los diferentes organismos que dependen directamente de la Presidencia de la Nación.

En cuanto a las listas de precandidatos para senadores nacionales por estas mismas fuerzas, en todos los casos presentaron un candidato de cada género. Unidad Ciudadana, sin embargo, es la única boleta encabezada por una mujer: la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner.

En cuanto a iniciativas para promover una mayor participación política de las mujeres, la Argentina se posicionó en la vanguardia a nivel mundial con la sanción de la ley de cupo femenino en 1991, que exige un mínimo de 30% de mujeres en las listas para cargos electivos nacionales y alternancia entre los candidatos para garantizar que las mujeres puedan ser electas. Sin embargo, con los años la representación en el Congreso encontró una meseta, en 2009 la Cámara de Diputados llegó a su porcentaje más alto (40%) y en los años posteriores disminuyó.

Además, a pesar de la antigüedad de la norma, el cupo mínimo (30%) de las listas electorales no siempre se cumple. En los comicios de 2015, el Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA) identificó que en las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO), un 10% de las 234 listas que se presentaron a nivel nacional en todo el país no cumplieron con lo establecido en la ley.

En esta cuestión, en el nivel subnacional se avanzó más que a nivel nacional. En el último año, se sancionaron cuatro leyes provinciales de paridad de género para cargos electivos locales, lo que supone que haya 50% de mujeres y 50% de hombres en los respectivos poderes legislativos (Legislaturas y Concejos Deliberantes). En total, son siete los distritos en la Argentina que hoy cuentan con este tipo de normas. En las próximas elecciones, los votantes de la Provincia de Buenos Aires, Salta y Santiago del Estero elegirán a sus legisladores provinciales a partir de listas con igual participación de candidatos y candidatas. En los cuatro distritos restantes este año no hay elecciones locales.

En las últimas horas generó controversia en redes sociales el editorial de La Nación titulado “Los cupos femeninos no son necesarios” en el que se afirma que “el avance de la mujer hacia puestos de conducción debe darse, al igual que en el caso de los hombres, por idoneidad y perseverancia y no por discriminación”.

Al respecto, María Inés Tula, profesora de la Universidad de Buenos Aires (UBA) e investigadora del Conicet, señaló a Chequeado: “A la hora de pensar la inclusión de mujeres en las listas partidarias existe el mito de que las cuotas de género y/o la paridad implican la incorporación de mujeres sin mérito propio o poco capaces y que, además, van a ser manejadas por los líderes de la organización, es decir, por los hombres“. Sin embargo, la especialista señaló que “esto refleja una ignorancia sobre cómo son los procesos de selección de candidatos, en donde confluyen una serie de variables como quienes son más competitivos, qué recursos manejan, entre otros. En ningún caso las listas se arman en función de un concurso de antecedentes“.

Aunque el editorial no definió en qué se basa la idoneidad necesaria para acceder a una banca, cabe destacar que de acuerdo con un análisis realizado por el ELA en el Congreso de la Nación y 6 Legislaturas locales en 2010, las mujeres cuentan con mayor experiencia laboral y educación académica más avanzada que sus contrapartes masculinas.

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